Temporada de gripe 2025: por qué el NHS está bajo presión, pero no es una “súper gripe”

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El actual aumento de enfermedades respiratorias, en particular la gripe, está ejerciendo presión sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. Si bien algunos funcionarios han calificado esta temporada de “súper gripe”, los expertos aclaran que este no es un término científicamente exacto. Más bien, una combinación de factores ha creado una situación desafiante para los hospitales y los sistemas de salud pública.

Infección temprana y generalizada

La temporada de gripe de este año llegó antes de lo habitual, reflejando las tendencias observadas en todo el hemisferio norte, incluidos Estados Unidos, Canadá, Japón y Alemania. Este inicio temprano, junto con la circulación simultánea de otros virus como el COVID-19 y los rinovirus, significa que los pacientes son más susceptibles a enfermedades graves.

Datos recientes del NHS de Inglaterra revelan que las admisiones hospitalarias relacionadas con la gripe en diciembre de 2025 alcanzaron niveles récord, con aproximadamente 2660 pacientes hospitalizados diariamente, un aumento del 55 % en solo una semana. Los departamentos de emergencia también están experimentando niveles sin precedentes de casos de enfermedades respiratorias, lo que agota aún más los recursos.

Mutación de cepas y eficacia de la vacuna

Las cepas de influenza predominantes en esta temporada son H1N1, H3N2 e influenza B, todas incluidas en la vacuna actual. Sin embargo, ha surgido una nueva variante del H3N2, denominada K, a través de una mutación. Esta variante se desarrolló demasiado tarde para incorporarse a la actualización de la vacuna de este año, lo que redujo su eficacia.

A pesar de esto, la vacuna todavía proporciona una protección parcial. Los datos de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido muestran que mantiene entre un 72% y un 75% de eficacia contra enfermedades graves en niños y adolescentes, y entre un 32% y un 39% de eficacia en adultos. Esto significa que las personas vacunadas tienen muchas menos probabilidades de requerir hospitalización en comparación con las no vacunadas.

Acceso y aceptación de vacunas

Un problema importante es la baja aceptación de la vacuna, especialmente entre los grupos de riesgo. El año pasado, solo el 40% de los menores de 65 años con factores de riesgo clínico y el 42,6% de los niños de dos a tres años fueron vacunados, mientras que la vacunación entre los mayores de 65 años fue mayor, del 74,9%. La comunidad de salud pública no ha comunicado eficazmente la gravedad de la influenza ni los beneficios de la vacunación.

Para agravar el problema, el Reino Unido enfrenta escasez de vacunas en el mercado privado. Muchas farmacias tienen existencias limitadas o nulas, lo que hace que la prevención sea inaccesible para quienes estén dispuestos a pagar de su bolsillo (alrededor de £ 18-20 por dosis). Esto es contraproducente, dado que las hospitalizaciones de no vacunados le cuestan al NHS decenas de miles de libras por paciente.

Capacidad del sistema y perspectivas futuras

El NHS está funcionando a plena capacidad o cerca de ella durante todo el año. Cualquier aumento de enfermedades, como la actual temporada de gripe, rápidamente lleva al sistema a una crisis. La pregunta clave sigue siendo: ¿ha superado ya el pico o la línea de base seguirá siendo más alta durante los próximos meses? Nadie sabe la respuesta definitivamente.

Llamar a esto una “súper gripe” corre el riesgo de desensibilizar al público ante amenazas genuinas a la salud pública, como una futura pandemia con un patógeno novedoso y altamente letal. La situación de este año, aunque grave, no es comparable a la pandemia de COVID-19, que involucró un virus completamente nuevo sin inmunidad ni tratamientos existentes.

El NHS está pasando apuros porque la temporada de gripe llegó temprano, la protección de la vacuna está limitada por la mutación, la aceptación es baja y el sistema opera con una capacidad de respuesta mínima. Si no ha sido vacunado, vale la pena buscar una dosis antes de la temporada navideña, pero el problema central no es un patógeno nuevo; es una tensión sistémica.