A principios de 2025, los astrónomos se enfrentaron a un escenario poco común: un asteroide recién descubierto, 2024 YR4, planteaba una amenaza creíble, aunque en última instancia temporal, para la Tierra. Este evento sirvió como la primera prueba a gran escala de sistemas modernos de defensa planetaria, basándose en décadas de preparación y las lecciones aprendidas de representaciones ficticias de impactos de asteroides en películas como Deep Impact y Don’t Look Up.
El descubrimiento y la escalada
El asteroide 2024 YR4 fue detectado por primera vez el 27 de diciembre por el estudio ATLAS. Durante el mes siguiente, las continuas observaciones aumentaron inesperadamente la probabilidad de impacto, un resultado muy inusual. Esto llevó a que el asteroide fuera categorizado en la Escala de Turín, un sistema diseñado para evaluar y comunicar los riesgos de impacto de asteroides.
La Escala de Turín asigna niveles de 0 (sin peligro) a 10 (colisión segura) basándose tanto en la probabilidad de impacto como en el daño potencial. El 27 de enero de 2024, YR4 alcanzó el nivel 3, lo que indica una probabilidad superior al 1% de golpear la Tierra y causar destrucción localizada. En su punto máximo, el 18 de febrero, la probabilidad de impacto alcanzó el 3,1%, la más alta jamás registrada para un asteroide de ese nivel.
La respuesta internacional
Esta calificación de Nivel 3 provocó la primera notificación oficial de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), establecida en 2014 después del meteorito de Chelyabinsk. La existencia de IAWN muestra cuán lejos ha llegado la comunidad de defensa planetaria desde 2004, cuando el asteroide Apophis alcanzó brevemente una clasificación de amenaza de Nivel 4. Si bien Apophis fue degradado más rápidamente, 2024 YR4 exigió atención y recursos sostenidos.
La alerta atrajo el interés público y político, pero lo que es más importante, movilizó a astrónomos de todo el mundo. Los observatorios comenzaron a dedicar “tiempo discrecional del director” al estudio del asteroide, incluidas instalaciones como Catalina Sky Survey, el Gran Telescopio Canarias y el Very Large Telescope.
Refinar la evaluación de amenazas
Las observaciones intensivas refinaron rápidamente la comprensión del 2024 YR4. Se descubrió que gira inusualmente rápido (19,5 minutos) y se clasificó como asteroide de tipo Sq o tipo K, aunque persisten discrepancias en las mediciones de albedo. Estos detalles fueron fundamentales porque aclararon la composición y el comportamiento del asteroide.
A medida que llegaron los datos, la amenaza de impacto a la Tierra disminuyó, pero el riesgo cambió: ahora, hay una probabilidad de ~4% de que 2024 YR4 golpee la Luna en 2032. Esto podría generar una nube de escombros que amenace a los satélites en la órbita terrestre, subrayando las implicaciones más amplias de amenazas incluso evitadas.
Lecciones aprendidas
El evento 2024 YR4 demostró que el sistema de defensa planetaria funciona según lo previsto. Desencadenó una respuesta rápida y coordinada, movilizó recursos globales y, en última instancia, perfeccionó nuestra comprensión de la amenaza. El incidente no fue catastrófico, pero subrayó la importancia del monitoreo continuo, la evaluación rápida y la cooperación internacional.
La próxima amenaza real podría llegar sin previo aviso, por lo que estos ensayos son vitales para garantizar que la humanidad esté preparada para actuar con decisión cuando haya mucho en juego.

























