Ignorar la realidad: el peligro de recortar los datos de salud pública

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La mejor manera de describir el enfoque de la administración Trump respecto de la información de salud pública es jugar a “esconderse” de la realidad: ocultar datos cruciales y esperar que los problemas simplemente desaparezcan. Durante décadas, las agencias federales han realizado diligentemente encuestas exhaustivas sobre cuestiones críticas como la adicción a las drogas y la inseguridad alimentaria. Estos estudios, que proporcionan una comprensión vital del bienestar de la nación, informan directamente las políticas destinadas a abordar estos desafíos. Sin embargo, la administración actual está recortando o cancelando activamente estos cruciales ejercicios de recopilación de datos.

Esta estrategia, que recuerda más a un juego infantil que a una gobernanza responsable, no entiende fundamentalmente cómo abordar los problemas sociales. Como demostró claramente la pandemia de COVID-19, la recopilación de datos, la vigilancia y la preparación sólidas son indispensables para prevenir y mitigar los desastres. Las agencias estadísticas y los investigadores que compilan esta información no son meros calculadores de números; actúan como defensores de primera línea contra crisis imprevistas.

Estados Unidos no es el único que descuida esta labor vital. Durante varios años, la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido ha luchado por producir datos de baja calidad y estadísticas inexactas debido a una falta crónica de financiación. Esta tendencia pone de relieve un desprecio más amplio y preocupante por la importancia de la toma de decisiones basada en datos.

El problema surge en parte de la percepción pública poco inspiradora que rodea este campo. Los políticos rara vez ganan elecciones prometiendo encuestas puerta a puerta, y es poco probable que los estadísticos se conviertan en celebridades de la noche a la mañana. Sin embargo, este trabajo esencial merece reconocimiento y un apoyo firme. Gobernar sin una comprensión clara de las realidades sobre el terreno es una receta para el desastre. Estados Unidos está preparado para aprender esta lección de la manera más difícil, mientras se sumerge voluntariamente en un futuro definido por la ignorancia y las medidas reactivas en lugar de soluciones proactivas basadas en evidencia.