Cuando la mayoría de las personas llegan a la octava década de vida, es probable que su sistema digestivo haya desarrollado pequeñas bolsas a lo largo de sus paredes, una afección conocida como diverticulosis. Estas protuberancias, aunque a menudo asintomáticas, son notablemente comunes, particularmente en los países occidentales. Pero, ¿qué es exactamente la diverticulosis, por qué ocurre y cuándo debería preocuparse?
¿Qué es la diverticulosis?
La diverticulosis es la presencia de pequeñas bolsas abultadas (divertículos) en el revestimiento del tracto digestivo, con mayor frecuencia en el colon sigmoide, la sección en forma de S antes del recto. Estas bolsas se consideran “puntos débiles” en la pared muscular del intestino. Por lo general, no causan molestias y muchas personas ni siquiera saben que existen hasta que se descubren durante pruebas médicas de rutina como una colonoscopia.
La afección es tan frecuente que se considera una parte natural del envejecimiento; sin embargo, su aparición está fuertemente influenciada por la dieta y el estilo de vida. El mundo occidental, con sus dietas bajas en fibra, ve tasas significativamente más altas de diverticulosis en comparación con regiones como África y Asia, donde la ingesta de fibra es tradicionalmente mucho mayor.
De diverticulosis a diverticulitis: cuando las bolsas se vuelven problemáticas
La diverticulosis en sí misma suele ser inofensiva. La verdadera preocupación surge cuando estas bolsas se inflaman o infectan, convirtiéndose en diverticulitis. Los síntomas de la diverticulitis pueden incluir estreñimiento, diarrea, dolor abdominal, hinchazón y fiebre.
Los gastroenterólogos señalan que los nombres que suenan similares a menudo causan confusión entre los pacientes. Un mnemotécnico útil: diverticul O sis son p O ckets, mientras que diverticul I tis es I ninflamación.
Afortunadamente, la mayoría de los casos de diverticulitis se resuelven con un tratamiento conservador: unos días de reposo y una dieta líquida resultan eficaces en más del 85% de los pacientes. Sin embargo, los casos graves pueden requerir intervención médica, incluidos antibióticos o incluso cirugía.
¿Por qué sucede?
La causa exacta de la formación de divertículos aún no está clara, pero el pensamiento actual apunta a una combinación de factores. La ingesta baja de fibra contribuye de manera importante, ya que aumenta la presión dentro del colon durante las deposiciones. La obesidad, la falta de actividad física y el tabaquismo también pueden influir.
Las investigaciones sugieren que el microbioma intestinal humano también puede estar implicado. La velocidad a la que los desechos se mueven a través del sistema digestivo puede afectar la composición del microbioma, lo que a su vez puede afectar la formación de divertículos.
El papel de la fibra y la prevención
Si bien los divertículos existentes no se pueden “curar”, una dieta rica en fibra (de 25 a 30 gramos diarios) puede ayudar a prevenir la formación de otros nuevos. La fibra ablanda las heces y reduce la presión sobre las paredes del colon. Los estudios muestran que las personas de 50 a 70 años con un alto consumo de fibra tienen un 40% menos de riesgo de hospitalización por enfermedad diverticular en comparación con aquellos con un consumo más bajo.
Cuándo buscar atención médica
Sangre en las heces es un síntoma grave que requiere una evaluación médica inmediata, incluso si sospecha que la causa son divertículos. El sangrado diverticular es una fuente común de sangrado gastrointestinal bajo, aunque generalmente es indoloro y autolimitado. Otras complicaciones graves, como abscesos o roturas, también pueden requerir intervención quirúrgica.
Diagnóstico y tratamiento
La diverticulosis generalmente se diagnostica mediante tomografía computarizada o colonoscopia. La mayoría de los casos no requieren tratamiento, pero si se desarrolla diverticulitis, suele ser suficiente una dieta líquida, analgésicos y antibióticos. La cirugía se reserva para complicaciones graves, con una alta tasa de éxito: alrededor del 90% de los pacientes no experimentan recurrencia después de que se eliminan las secciones problemáticas.
En conclusión: La diverticulosis es una afección intestinal común relacionada con la edad que a menudo se puede controlar con ajustes en el estilo de vida. Si bien la diverticulitis puede resultar incómoda, la mayoría de los casos se resuelven con un tratamiento conservador. Una dieta rica en fibra y mantener un estilo de vida saludable siguen siendo medidas preventivas clave.




























